Técnicas de escritura terapéutica

La escritura terapéutica es una herramienta al alcance de todos que posee innumerables beneficios comprobados. Dado que se trata de un acto tan personal e íntimo como escribir sobre nuestras propias emociones y sentimientos, no hay una forma correcta o errónea de hacerlo.

Sin embargo, para sacar el máximo provecho de esta práctica podemos seguir una serie de pautas y técnicas que nos guiarán en el proceso. Trabajar de forma estructurada también evita que nos quedemos estancados “rumiando” nuestros problemas por escrito, ya que la idea es que esta herramienta terapéutica nos ayude a superarlos.

El uso de ejercicios o “prompts” de escritura

Según algunos expertos, la diferencia entre escritura expresiva y escritura terapéutica es precisamente el hecho de escribir libremente o siguiendo un esquema previo.

Es decir, lo que hace terapéutica a este tipo de escritura emocional es el uso de ciertas técnicas que te garantizan buenos resultados.

Por eso, sobre todo si llevas un diario terapéutico más estructurado, mucha gente utiliza ejercicios y prompts o indicadores de escritura. Esto no es estrictamente necesario, sobre todo si ya tienes cierta experiencia. Pero sí es importante tener en cuenta ciertos aspectos, como tener una intención sobre lo que escribes o reflexionar sobre lo escrito. La idea es que la escritura terapéutica te ayude a alcanzar tu bienestar, y para eso se necesita un trabajo posterior de análisis.

El objetivo de un ejercicio

Los expertos en técnicas de escritura terapéutica recomiendan que no te embarques en un ejercicio o instrucción sin saber exactamente para qué te va a servir.

Por eso muchos ejercicios diseñados especialmente para la diarioterapia vienen con un apartado previo en el que se explica el objetivo. Este puede ser liberar emociones negativas, resolver conflictos internos, conocerse mejor a uno mismo… La lista es inmensa. Lo importante es que tengas claro de antemano qué te va a aportar trabajar en un ejercicio en concreto.

La fase posterior de reflexión

Después de haber realizado un ejercicio de escritura terapéutica, la idea es reflexionar sobre lo escrito. De hecho, muchos ejercicios incluyen un apartado donde se pide que escribas unas líneas de reflexión, centrándote en ciertos aspectos en particular.

Esto es para evitar quedarse estancado en un problema o situación conflictiva, escribiendo sin parar sobre el tema sin ser capaces de llegar a superarlo.

Principales técnicas de escritura terapéutica

La gran mayoría de ejercicios de escritura terapéutica te pedirán que escribas según una determinada estructura, por ejemplo una carta o una lista de elementos. Las técnicas de escritura terapéutica más utilizadas son las siguientes:

— > Cartas no enviadas: se trata de una técnica para liberarte de todo aquello que no has podido o no puedes decirle a otra persona cara a cara. Por ejemplo, en el contexto de alguien que ya ha salido de tu vida. No importa cuál sea la circunstancia, ya que la carta no enviada se escribe solo para uno mismo, no con la idea de enviarla. Pero una carta no enviada no tiene por qué estar dirigida a una persona, sino también a un objeto o una situación. Aquí tenemos un ejemplo de una carta dirigida a la ansiedad.

— > Listas: es una de las técnicas más empleadas en la escritura terapéutica. Se trata de escribir sin censura y sin pararse a pensar. Un ejemplo puede ser una lista de cosas que te ponen triste o que te molestan. Pero también pueden ser listas de cosas positivas, para reforzar tu autoestima o mejorar tu humor.

— > Tu biografía: la autobiografía terapéutica puede enfocarse desde diferentes perspectivas. Una técnica bastante utilizada es escribir la biografía real y luego reescribirla según crees que debería o podría haber sido. Pero, dependiendo del objetivo, hay muchos ejercicios diferentes que utilizan esta técnica.

— > Momentos concretos: escribir sobre momentos concretos de tu vida que han resultado traumáticos o dolorosos te ayuda a liberarte de todas esas emociones negativas asociadas a ellos. Este es el tipo de técnica que utilizó James Pennebaker en sus experimentos sobre escritura expresiva, centrándose en hechos traumáticos en la vida de sus estudiantes.

— > Escritura automática: se trata de escribir sin filtro y sin pensar, descargando al papel todo lo que se te pasa por la cabeza. Estos “sprints” de escritura suelen hacerse cronometrando el tiempo. Por ejemplo, escribiendo sin filtro durante 10 minutos.

Escribir sin seguir un guion

Como indicábamos más arriba, no es imprescindible seguir siempre las pautas de un ejercicio con una estructura tan estricta. Sí es recomendable, sobre todo si has empezado a practicar la escritura terapéutica por tu cuenta, sin apoyarte en una terapia o trayecto de coaching. En estos casos, al principio es normal estar un poco perdido y no saber muy bien lo que estamos haciendo. Por eso siempre es beneficioso seguir ejercicios diseñados específicamente para tratar los temas que nos interesan.

Cuando ya estés más familiarizado con las técnicas de escritura terapéutica, es muy probable que ya no necesites ejercicios como guía. Puedes echar mano de algún prompt, que no es más que una pequeña instrucción con la idea de inspirarte, o seguir la estructura que ya conoces, aplicándola al tema sobre el que quieras escribir.

Además, si tu objetivo es el autoconocimiento pero no vas a “hurgar” en traumas del pasado ni situaciones conflictivas, ya es terapéutico por sí mismo sentarte a pasar un rato a solas escribiendo. Por poner un ejemplo, no es lo mismo escribirle una carta a tu “yo” del pasado si eres una persona emocionalmente estable que realizar este mismo ejercicio cuando has tenido una infancia marcada por los abusos.

En el primer caso, ponerte a escribir la carta en un ambiente agradable y tranquilo constituye de por sí una experiencia positiva. En el segundo caso, no solo es recomendable que utilices ejercicios creados específicamente por expertos, sino también que practiques estas técnicas de escritura en el marco de una terapia adecuada y con un profesional que te guíe.

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