Carl Jung: teoría de los arquetipos
El psiquiatra suizo Carl Jung fue quien acuñó el concepto de los arquetipos el siglo pasado. Hoy en día, su teoría no solo sigue vigente sino que se aplica a muchos otros ámbitos diferentes a la psicología, como la literatura, el cine o la publicidad.
Para entender bien a qué nos referimos al hablar de arquetipos, tenemos que situarlos dentro de la teoría junguiana, también conocida como psicología analítica o psicología profunda. Por eso vamos a centrarnos primero en ciertos conceptos clave definidos por Jung.
La psique según Carl Jung
La palabra “psique” procede del griego, y viene a significar más o menos “alma”. Hoy en día, cuando hablamos de la psique, nos estamos refiriendo más o menos a los procesos mentales de un individuo, en oposición a los procesos orgánicos. Sin embargo, cuando Carl Jung hablaba de la psique, se refería a la personalidad completa de un individuo, incluyendo aquí pensamientos, emociones, sentimientos y comportamientos.
Según Jung, a grandes rasgos la psique tiene tres niveles de (in)consciencia diferenciados: la mente consciente, el inconsciente individual y el inconsciente colectivo.

Los tres niveles de la psique según Jung
1- La mente consciente, cuyo punto focal es el Ego o “yo”. Es la parte de nuestra consciencia que clasifica y organiza todos nuestros recuerdos, sentimientos y pensamientos conscientes.
2- El inconsciente individual, constituido por recuerdos olvidados, ideas reprimidas, complejos y una serie de instancias psíquicas que son individualizaciones de algunos arquetipos básicos o primarios:
——>La Persona o la máscara es la imagen pública que muestra el individuo para ser aceptado socialmente.
——>La Sombra es la parte más oscura, instintiva y animal que poseemos los seres humanos. Es ese “lado oscuro” que todos poseemos pero nuestra mente consciente no acepta como propio. Y sí, esta es la sombra a la que aluden los famosos “trabajos de sombra” o “shadow working”.
—–>El Anima/Animus es la parte femenina del hombre o la parte masculina de la mujer (recordemos que las teorías de Jung se remontan a hace casi cien años). También se ha venido a denominar “el eterno masculino” o el “eterno femenino”.
—–>El Sí-mismo representa la el final del proceso de integración consciente-inconsciente del ser humano, abarcando la totalidad de su psique.
3- El inconsciente colectivo es la capa más profunda de la psique humana, y lo más intrigante de la teoría junguiana es que, según Jung, es común a todos los seres humanos
Jung estudió símbolos y mitos de diferentes culturas a lo largo de la historia de la humanidad, descubriendo que muchos de ellos eran comunes a todas. De ahí dedujo que las sociedades humanas piensan y actúan desde una base común emocional y cognitiva. Esto es lo que él denominó inconsciente colectivo.
Clasificación de los arquetipos según la teoría junguiana
Los arquetipos se sitúan en el territorio del inconsciente colectivo, la parte más profunda y misteriosa de la psique. Constituyen la base inconsciente de todos los mitos y elementos simbólicos que se han ido creando y transmitiendo desde los albores de la humanidad.
Esto no quiere decir que el ser humano nazca con una especie de memoria genética con todos esos símbolos incorporados en ella, sino que nace con la capacidad de crearlos e interpretarlos. De hecho, en el polo opuesto a los arquetipos en el inconsciente colectivo estarían los instintos, que son impulsos biológicos, inconscientes y arcaicos, y sí son heredados.

Jung clasificó en cuatro grandes categorías estas imágenes simbólicas que se repiten en el arte, los mitos y los relatos de todas las culturas:
1- Acontecimientos arquetípicos: el nacimiento, el rito de iniciación, la separación de los padres, el matrimonio y la muerte.
2- Motivos arquetípicos, como la creación del cosmos, el diluvio o el apocalipsis.
3- Símbolos arquetípicos, como el “árbol de la vida” o los mandalas.
4- Figuras arquetípicas, como la Madre, el Sabio, el Inocente…
Los 12 arquetipos básicos de la personalidad
Llegados a este punto, ya podemos situar más o menos el concepto de los arquetipos dentro de la teoría junguiana. Hoy en día, cuando hablamos de “arquetipos” normalmente solemos referirnos a las figuras arquetípicas (el Sabio, la Madre, el Niño…).
Dentro de estas figuras, hay 12 arquetipos básicos que tienen que ver con la personalidad y que suelen repetirse en mitos, leyendas e incluso la cultura audiovisual actual. Por lo tanto, aunque hablemos de “los 12 arquetipos de la personalidad” Jung identificó muchos más, aunque muchos se solapan entre ellos. Por ejemplo las imágenes arquetípicas clásicas de la Madre, la Prostituta, la Doncella, etc. pueden ser variantes diferentes del «eterno femenino». Caroline Myss, por ejemplo, es una autora que se ha dedicado a estudiar y clasificar muchos más arquetipos, con sus luces y sombras, basándose en las teorías de Jung.
Hay que aclarar que los personajes de mitos, novelas o películas que pueden identificarse fácilmente con algunos de estos arquetipos no son el arquetipo en sí mismo, sino una representación o encarnación de la imagen arquetípica. Por ejemplo, Ulises no es el arquetipo del Héroe sino una representación arquetípica de la figura del héroe. Quizás esto se entienda más fácilmente si nos dirigimos a personajes más integrados en la cultura popular actual: Gandalf (El señor de los anillos) no es el arquetipo del Mago en sí mismo, sino una encarnación de este arquetipo.

Todos los arquetipos son bipolares, es decir, poseen una parte positiva pero también una parte negativa o de sombra. Además, algunos pares de arquetipos se oponen entre sí, constituyendo mutuamente la sombra uno del otro. Un ejemplo de esto serían el Sabio y el Bufón.
Los arquetipos junguianos en la cultura popular actual
Seguro que ya habrás reconocido a los arquetipos del apartado anterior como personajes prototipicos que aparecen en mitos, novelas, películas o series. Precisamente porque las figuras arquetípicas forman parte del imaginario colectivo: somos capaces de reconocerlos aunque no estén integradas en nuestra propia psique. Y ni tienen “trade mark” ni se incurre en apropiaciones culturales trabajando con ellos, porque forman parte del “patrimonio inconsciente” de la humanidad.
Por eso sus aplicaciones son innumerables dentro de muchos otros campos, aparte del de la psicología, por ejemplo como ya hemos visto en cine y literatura, pero también en publicidad, marketing y hasta en el mundo de los videojuegos. Dentro del campo de la creación literaria, son una excelente fuente de inspiración a la hora de construir los personajes. En lo que se refiere al trabajo de autoconocimiento de uno mismo, trabajar con arquetipos puede ayudarte a integrar ciertos aspectos de tu personalidad que se encuentran ocultos en tu inconsciente.