Primeros pasos en la escritura terapéutica
Tanto si quieres iniciarte en la escritura terapéutica como si ya haces journaling pero estás buscando un método más estructurado, siempre hay una serie de preguntas antes de empezar. ¿Escribir a mano o a ordenador? ¿Cuándo y dónde escribir? ¿Me dejo llevar por mi escritura o debo seguir alguna técnica concreta? Aquí te explico lo más importante.

Cómo empezar: los materiales
Sobre el eterno dilema entre “writing versus typing”, o sea, escribir a mano o a ordenador, parece estar probado que es mejor escribir a mano. La escritura manual es una forma de ejercicio mental que conecta ambos hemisferios cerebrales. Así que es preferible no usar medios digitales sino escribir a mano.
Por lo tanto, los únicos materiales que necesitarás son un bolígrafo y un cuaderno. Puede ser cualquiera que tengas por casa, o incluso escribir en hojas sueltas. Pero también puedes convertir el hecho de comprar los materiales en parte del “ritual”. ¡Sobre todo si tu intención es llevar un diario terapéutico, ya que entonces será un cuaderno que vas a usar con bastante frecuencia!
El cuaderno
Optar por un cuaderno con rayas, cuadrícula, puntos o en blanco va en gustos. Algunos son partidarios de hojas en blanco porque así no hay nada en el papel que te distraiga. A otros (¡entre los que me incluyo!) les resulta bastante irritante que se tuerzan las líneas al escribir, así que prefieren hojas rayadas o cuadriculadas.
En todo caso, elige un cuaderno bonito que te llame la atención, pero tampoco pierdas mucho tiempo buscando el cuaderno “perfecto”. Aparte de que no lo hay, o mejor dicho cualquiera puede servir para la causa, retrasar el momento de empezar con la escritura terapéutica solo porque no encuentras un cuaderno que te gusta podría ser una señal de que te estás autosaboteando por algún tipo de bloqueo de tu “crítico interno”.
El bolígrafo
Un bolígrafo es un bolígrafo, y vale cualquiera que tengas en casa. Pero algunas personas también prefieren empezar con un bolígrafo nuevo, o un bolígrafo que solo usan para la escritura terapéutica, porque tiene una dimensión simbólica.
Tampoco hace falta perder mucho el tiempo en consideraciones filosóficas. Lo que sí se recomienda es no escribir a lápiz sino con tinta, pero dentro de esta categoría puedes usar una pluma elegante o un bolígrafo de los que dan de regalo en las tiendas. ¡Cualquier cosa vale!
Sobre el color de la tinta, a mí me gusta escribir en negro, pero como ya hemos dicho sobre gustos no hay nada escrito. A modo de curiosidad, he encontrado un artículo que me ha parecido interesante sobre los colores de la tinta con la que escribimos.

Recomendaciones antes de empezar
—-> Elige un lugar cómodo donde puedas escribir con tranquilidad durante unos 15-20 minutos.
—-> Si vives con más gente, explícales que necesitas un rato de tranquilidad y pídeles que no te molesten mientras estás escribiendo.
—-> Evita distracciones como la televisión, el móvil, el tablet… ¡Todo off! La única excepción es si quieres poner música suave de fondo, que suele invitar a la reflexión, y por lo tanto es buena compañera de la escritura terapéutica.
—-> No es imprescindible, pero puede ayudarnos a entrar en situación crear un pequeño “ritual” antes de empezar a escribir. Por ejemplo encender velas aromáticas, realizar una pequeña meditación o poner música relajante para entrar en situación.
—-> James Pennebaker recomienda que, si te estresa demasiado ponerte a escribir sobre determinados sucesos traumáticos, dejes ese tema y pruebes con otra cosa menos desagradable. Quizás todavía no estés preparado para afrontar esos recuerdos en concreto.
—-> Recuerda que la escritura terapéutica tiene dos fases, la de escritura y la de reflexión. Date tiempo al terminar para dedicar unos minutos de reflexión sobre lo que has escrito.
—-> Dependiendo del tema sobre el que escribas, puede que te sientas triste o angustiado después de haber escrito sobre ciertos sucesos o recuerdos. Por lo tanto, ten en cuenta que quizás necesites un rato adicional de tranquilidad y respiraciones profundas al terminar el ejercicio.
—-> Escribe sin pararte a pensar. No te preocupes por la puntuación, la gramática, la sintaxis ni la ortografía. Estás escribiendo solo para ti, no para ganar el Premio Planeta.

Método y técnicas de escritura terapéutica
¡Ahora sí, ya estás preparado para empezar con la escritura terapéutica!Una vez que ya tienes los materiales y tu espacio para la escritura terapéutica puedes quedarte en blanco y pensar “¿Y ahora qué?”. No te preocupes, porque existen una serie de técnicas y pautas para la escritura terapéutica que te cuento en otros artículos.
Los ejercicios
Existen gran variedad de ejercicios prediseñados de escritura terapéutica para guiarte. Estos ejercicios, sobre todo si son cortos, a veces se denominan “prompts”, que viene a significar “indicaciones”. A veces en español también se les denomina disparadores.
Los prompts son unas breves instrucciones a modo de guía en el tema sobre el que vas a escribir. De esta forma podrás trabajar de forma organizada y siempre sabrás por qué y para qué estás realizando cada ejercicio.
Los ejercicios de escritura terapéutica más elaborados suelen indicar brevemente qué finalidad tiene el ejercicio. Algunos explican también en qué tienes que centrarte después de haber terminado. Los “prompts” son más cortos, y a veces no lo indican explícitamente, pero recuerda que los ejercicios de escritura terapéutica tienen dos fases: la de escritura y la de reflexión.
Las técnicas
Existen muchas técnicas de escritura terapéutica para abordar de diferentes formas los temas que queremos trabajar. Las más empleadas son las listas, las «cartas no enviadas», las técnicas autobiográficas o las técnicas de escritura libre.
Algunas técnicas se centran en un tema en concreto, otras pueden tener como finalidad trabajar a la vez diferentes aspectos de tu vida y tu mundo emocional. Recuerda siempre que al empezar a escribir sobre algún tema, puedes notar que te bloqueas o que no te sientes cómodo escribiendo sobre eso. Como ya indicamos más arriba, si crees que todavía no estás preparado para enfrentarte a ciertas cosas, no pasa nada. Puedes dejarlo para más adelante y empezar con otro tema que te produzca menos ansiedad.
Recuerda que, como todo en la vida, los mayores beneficios de la escritura terapéutica los conseguirás si eres constante. Intenta que se convierta en un hábito: comprométete con tu escritura, como explica Elizabeth Gilbert en su libro Libera tu Magia. ¡Poco a poco irás notando los resultados de la escritura terapéutica en tu vida!